En esta sección encontraras información relevante y muy importante de lo que es la podología, para tener un conocimiento mucho más claro de todo lo que abarca.

Publicación, 28 de junio de 2018 | 135 comentarios
La onicomicosis más frecuente es la de los pies, y sobre todo la de la uña del primer dedo, cuando hablamos de dermatofitos o de mohos no dermatofitos. Por otro lado, las infecciones por levaduras Candida son más frecuentes en las uñas de las manos y en las zonas del pliegue ungueal. La onicomicosis es una infección en las uñas, principalmente de los pies, causada en su mayoría por hongos dermatofitos. Es una patología contagiosa y muy frecuente en la población, sobre todo, en hombres de edad adulta. El medio de contagio idóneo para los hongos de las uñas es la humedad, que se incrementa por un exceso de sudoración o hiperhidrosis o un mal secado de pies, entre otros. Esta patología también puede contraerse tras frecuentar zonas deportivas como piscinas, vestuarios o duchas públicas. Por ello, es fundamental utilizar chanclas en estos espacios para evitarlo en la medida de lo posible. La aparición de hongos no siempre tiene su origen en un contagio, es posible que el hongo se encuentre en la piel anteriormente, pero las condiciones de calor y temperatura, sobre todo en verano, generen su proliferación.

Publicación, 28 de junio de 2018 | 164 comentarios
La uña incarnada u onicocriptosis (también llamada erróneamente uña "encarnada") es una afección que aparece cuando un borde de la uña del pie penetra la piel del dedo produciendo dolor, enrojecimiento e inflamación, ya que actúa como si de un cuerpo extraño se tratase. La onicocriptosis sucede cuando un borde de la uña se clava bajo la piel del dedo, coloquialmente se conoce como uña incarnada y se puede producir por múltiples causas como llevar las uñas mal cortadas o un calzado muy ajustado, entre otras. Cuando se produce una presión sobre la uña puede ocurrir que esta se curve hacia abajo y se produzca un crecimiento comprometido en la zona del rodete ungueal o borde de la uña. Cuando el paciente percibe el dolor en el dedo, propio de la uña incarnada, la tendencia habitual es intentar cortar la esquina con una tijera, pero por regla general el borde de la uña clavada está demasiado profunda como para poder acceder a él y el corte que se realiza es tan sólo superficial. Además, la dificultad de adquirir una posición adecuada y el excesivo grosor de las uñas pueden complicar aún mas el realizar un corte adecuado de la uña. Si la uña encarnada llega a causar herida es fácil que se produzca una infección provocando un absceso (inflamación de los tejidos con acumulación de pus). Si la uña se deja sin tratamiento, el proceso infeccioso acabará causando un granuloma, que es un tipo especial de inflamación que se encuentra muy vascularizada, y que es exudativa y extremadamente dolorosa.

Publicación, 31 de Julio de 2017 | 175 comentarios
El daño a los nervios que produce la diabetes puede hacer que pierda la sensación en los pies. Es posible que no sienta una cortadura, una ampolla o una llaga. Las lesiones como éstas en el pie pueden causar úlceras e infecciones. Los casos graves pueden inclusive causar una amputación. Una lesión muy característica de las personas con diabetes es el pie diabético, que es el resultado de las alteraciones en la sensibilidad (neuropatía periférica) y en el riego de las arterias (artropatía periférica). El riesgo de padecer esta lesión aumenta conforme avanza la diabetes, llegando a presentar una incidencia de amputaciones por este motivo en torno a 4 por 1.000 pacientes y año. Se estima que el 15% de los diabéticos presentarán en algún momento de su vida lesiones compatibles con un pie diabético. Los factores más importantes para su desarrollo son el mal control de la diabetes, la neuropatía, las deformidades del pie (artropatía de Charcot), la arteriopatía y el tabaco. El 80% de los pacientes con pie diabético presentan alteración de la sensibilidad, y estos son los más proclives a desarrollar úlceras. Dichas alteraciones facilitan que un mínimo traumatismo o herida provoque úlceras o heridas de difícil cicatrización, y que originan infecciones graves, dolores y, en situaciones avanzadas, incluso amputaciones.